Por OVER DORADO CARDONA
Presidente ADIDA overdocar_colon@yahoo.es Marzo, 12 de 2008

En la actual coyuntura política los colombianos nos encontramos ante un gobierno proimperialista con una clara tendencia al fascismo. A partir del primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez como Presidente, ha venido implementando una política guerrerista con cuantiosos recursos del presupuesto nacional destinados al gasto militar.

Hoy el régimen exhibe el presupuesto más alto para la guerra en el mundo, en relación con el Producto Interno Bruto: 6.3%. De acuerdo con cifras de la propia Presidencia de la República, de los 953. 896 trabajadores del Estado, cerca de la mitad (428. 613) está en el sector de la “defensa nacional” (Ejército, Policía, DAS, etc.). En Nuestras palabras, existe una clara tendencia a la militarización no solo del la sociedad sino del la economía.

El actual gobierno deja de invertir en fomento, empleo, salud, educación y seguridad social a las capas sociales más desfavorecida para fortalecer la guerra.

En el proceso electoral del 2002, las fuerzas del narcoparmilitarismo incidieron en forma notable en la elección de parlamentarios y le dieron la victoria en la primera vuelta al actual jefe de Estado, como lo demuestran los procesos judiciales que adelanta la Corte Suprema y la Fiscalía General contra parlamentarios y altos funcionarios como el ex director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), que actúa en estrecha relación de mando con el Presidente de Colombia.

Igual proceso se dio en su reelección del 2006, antecedida de una fraudulenta y clientelista aprobación del cambio en la Constitución que, liderado por el mismo presidente Uribe a favor de su reelección, trastocó aspectos democráticos esenciales de la Carta Magna en aberrantes contenidos dictatoriales.

El actual Presidente, desde que fue gobernador de Antioquia, incentivó la creación de grupos paramilitares (proceso de creación de las CONVIVIR). Hoy ejecuta acuerdos con el narcoparamilitarismo (Ley de Justicia y Paz/2005) por medio de los cuales se dejan en la impunidad crímenes de lesa humanidad; se legalizan dineros del narcotráfico y la expropiación de grandes extensiones de tierras mediante la violencia sobre los campesinos pobres, las comunidades indígenas y las negritudes. Se profundiza el paraestado con el pago de recompensas.

Igualmente, sobresale el entronque entre terrorismo de Estado y multinacionales, lo demuestran las confesiones a medias de las empresas Chiquita Brans y Coca Cola. Las organizaciones de extrema derecha que han asesinado cerca de 3.000 sindicalistas y lanzado la persecución más despiadada a dirigentes sindicales y sociales que hoy están fuera del país o engrosan la lista de los desplazados.

Uribe, con su Plan Nacional de Desarrollo “ Hacia un Estado Comunitario II” con su eje central y transversal “la seguridad democrática”, tiene una agenda para seguir direccionando al país con una salida militarista y hacia el para estado.

El imperialismo, la burguesía y la oligarquía de este país y el mismo Uribe, quieren que los Partidos políticos, gremios económicos, organizaciones sociales y populares, medios de comunicación giren al rededor de su propuesta de Estado. El unanimismo, impulsando ideas como: “Uribe es la nación”, “Uribe es la patria”. Eso nos recuerda el fanatismo por Hitler en la Alemania y por Musolini en Italia, eso no es otra cosa que fascismo. “Todo con el Estado”, “ todo dentro del Estado ”, “nada contra el Estado”. Así las cosas, es un peligro que en Colombia exista la oposición política.

ADIDA alerta sobre el direccionamiento del Estado y el gobierno colombiano hacia el fascismo, con sus clásicas expresiones de nacionalismo, chovinismo y patrioterismo donde todo el que piense diferente al Statu Quo es objeto de agresiones y acusaciones por parte del gobierno, consecuente con la doctrina de la Seguridad Nacional del Pentágono norteamericano.

Dentro de ésa política, Uribe Vélez, sobresale su negativa intransigente para reconocer la existencia del conflicto social y armado en Colombia, con consecuencias para aplicar el Derecho Internacional Humanitario y llegar a un acuerdo con la insurgencia para un intercambio humanitario y frenar en parte la degradación de la guerra. El Presidente reitera la negativa a una salida política al conflicto armado, político, económico y social que vive la nación.

Uribe también acompaña al gobierno norteamericano en sus planes de violación de la soberanía en Afganistán e Irak y en sus planes de dominio y saqueo de los pueblos latinoamericanos consignados en el ALCA y el Plan Colombia. Se convierte el país en una zona geoestratégicamente clave para el gobierno Norte americano.

El Tratado de Libre Comercio entre Colombia y el gobierno de EE.UU. se trata de imponer en beneficio del capital transnacional, contra la producción y la soberanía nacional. De lo que se trata en ultima instancia es asegurar el sometimiento de los intereses de las grandes mayorías al imperialismo norteamericano.

Frente a la situación internacional originada por la violación de la soberanía nacional por parte gobierno colombiano el día 1 de marzo de 2008 al país hermano del Ecuador, expresamos nuestra profunda preocupación por la regionalización (internacionalización) del conflicto social y armado interno de Colombia, que deterioran y rompen relaciones diplomáticas (políticas) con claras repercusiones en las relaciones comerciales y económicas para Colombia con los gobiernos Latinoamericanos. Que sin duda, dicha problemática puede repercutir en la convivencia pacífica y democrática de la región.

Este gobierno, quiere tapar el sol con las dos manos. Pues la situación internacional esta signada por los crecientes anuncios sobre los peligros de recesión en el campo capitalista, en forma especial en los Estados Unidos y el avance de la tendencia democrática, progresista y de izquierda en América Latina.

Hay hechos entre otros, que son claros: La recesión económica de los EEUU:
· Crisis hipotecaria – el estallido de la especulación financiera con préstamos para vivienda que valen más que los inmuebles.
· Las bolsas del mercado internacional siguen con inestabilidad y tendencia a la baja.
· La reevaluación del dólar.
· La deuda de los países dependientes (entre ellos Colombia) se agrava.
· Los precios del petróleo dificultan mas el funcionamiento de la industria en el mundo, hoy los gringo no controlan este mercado.
· El FMI, viene tomando medidas mas fuertes por la situación que se vive a nivel económico en ámbito internacional.
· El gobierno de los EEUU, maniobra para sortear la crisis con las bajas en las tasas de interés y juegos cambiarios y monetarios, que solo benefician al poder económico imperante.
· Los negocios ilegales sobresalen porque dejan un mayor valor y ganancia que no logran con las empresas legalmente constituidas.
· La Comunidad Económica Europea –CEC, la China, le disputan los mercados a los gringos.
· El tema de las elecciones presidenciales en los EEUU.
· El afianzamiento de China como superpotencia.
· El tema del Medio oriente, de Irak y Afganistán y el tratamiento militar y político que le dan los gringos, tienen costos económicos incalculables e insostenibles para el gobierno NA.
· En el caso de: Nicaragua, disputa fronteriza marítima. Papel de Ortega en Centro América y Sur América.
· Convenios Brasil y Venezuela: 5 convenios de tipo económico. Repercusión en Colombia.
· El papel de Chávez, en Latino América, especialmente en Colombia: Salida política, intercambio humanitario y relación y posición frente a las organizaciones insurgentes: FARC Y ELN.
· El caso de otros gobiernos progresistas y de posiciones antiimperialistas como Cuba, Argentina y Uruguay, ponen al gobierno colombiano de cara a una confrontación por su posición genuflexa ante el gobierno norte americano.

En la situación nacional, vemos a un gobierno cada vez mas sometido al poder imperial, los megaproyectos (Hidroeléctricos, minero energético y de infraestructura del país). Cada vez más, tienen luz verde para que las grandes multinacionales se apropien de nuestros recursos naturales y deterioren el medio ambiente.

Una política económica y social que en nada beneficia los intereses de las grandes mayorías de este país. Veamos:

· No cesa el negocio del narcotráfico y las extradiciones se convierten en un elemento más de la seguridad democrática y de arrodillamiento a los gringos.
· Se refuerza el paraestado con la política de recompensas, donde profundiza la barbarie en el país. Es un comportamiento inmoral e inconstitucional. Se ratifica que el Estado Social de Derecho es una mentira. Se privatiza la justicia y se legaliza la pena de muerte
· Nuevas reformas para el funcionamiento de las administradoras de fondos de pensiones que descargan la crisis de la bolsa en los ahorradores de los fondos que se han beneficiado de la destrucción del ISS y la seguridad social pública.
· Se presentan cifras mentirosas, en la contabilidad y las estadísticas del Estado colombiano para mostrar un faltante menor del real, que fueron denunciados por los dos Directores del DANE, que han tenido que renunciar a sus cargos y el Contralor general de la Nación.
· Los intentos de liquidar las organizaciones sindicales y golpear los derechos sociales de los trabajadores, conseguidos en largos años de luchas y sacrificios han sobresalido en la política actual del Estado: La venta de ECOPETROL, por acciones, que no es otra cosa que empezar a privatizar la principal empresa del país, vender lo que queda de ISAGEN.
· Se recortan los recursos para los sectores de educación, salud, saneamiento y aguapotable.
· Crece el desempleo, la informalidad.
· Aumenta la pobreza y la indigencia, cerca del 60% de la población en Colombia.
· La inflación eleva mucho más los precios de los alimentos de la canasta familiar.
· El gobierno acelera la toma de la Corte de Justicia, Banco de la República, organismos de control de las instituciones estatales.

· Hay un clima belicista, que se muestra sin ningún tapujo por los funcionarios del gobierno donde se incluye al Presidente Uribe y altos funcionarios de su gobierno, grandes medios de comunicación y gremios económicos. Un gobierno que está conduciendo al país no solo a profundizar el conflicto interno, sino a la guerra en América Latina. Un gobierno que se quiere parecer al Israel del Medio Oriente.

Así las cosas, la situación social y económica del país se desarrolla en una lucha de clases claramente determinada, de quienes quieren una salida política, de defensa de la soberanía nacional y paz con justicia social y de quienes quieren una salida guerrerista y la entrega de nuestra nación a los intereses de las multinacionales y el imperialismo.

La polarización es tal, que se muestra a un país marchando por la paz con justicia social y otros, por la salida de guerra. Ver y analizar las marchas del 4 de febrero y del 6 de marzo de 2008.

La pregunta que todos debemos hacernos es si debemos o no acompañar al gobierno y a Uribe en esta propuesta, si debemos o no hacer parte de un acuerdo nacional donde se incluya al actual gobierno.

Consideramos que no es posible, pues en esas condiciones seria darle un respaldo y apoyo a la continuidad del conflicto interno y de la guerra en América Latina.

El momento político exige de los colombianos, de las organizaciones sociales y políticas y muy especialmente de los educadores (as) de trabajar por la creación de un frente común de lucha contra la política reaccionaria que lidera Uribe y sus aliados gobernantes de las diferentes entidades territoriales (Alcaldías y gobernaciones), Un frente común contra los esfuerzos del gobierno por fortalecer el poder económico de los monopolios nacionales y transnacionales que aumentan la pobreza porque su crecimiento económico se da a costa de los menores ingresos y la pérdida del poder adquisitivo del pueblo, por un frente común que luche por los derechos políticos y la democracia para las grandes mayorías.

Es por eso, que en la actual coyuntura debemos de trabajar por la renuncia del Presidente Uribe Vélez y la construcción de un gobierno democrático y patriótico que cristalice las aspiraciones de justicia social, paz y democracia de los colombianos.

ADIDA, seguirá unido a las clases trabajadoras y demás sectores populares duramente golpeadas en lo económico, lo social y lo político.

ADIDA, reitera su posición institucional de rechazar la violencia venga de donde provenga, de exigir a los actores en confrontación: paramilitares, fuerzas militares regulares del Estado colombiano y la subversión:

No más amenazas, No más atentados, No más allanamientos ilegales, No más desplazamientos y desapariciones forzadas, No más detenciones arbitrarias, No más hostigamientos. No más asesinatos, No más ejecuciones extrajudiciales, No más secuestros, No más torturas.

El fortalecimiento de ADIDA, el crecimiento de la propuesta de unidad y la movilización popular contra el régimen y el gobierno, son tareas que planteamos a todas las organizaciones sociales y populares, fuerzas y movimientos progresistas, democráticas y de izquierda en éste momento político.

En nuestro caso concreto, seguir trabajando con unidad, organización y lucha por:

· Una Ley estatutaria de educación, donde ésta sea un derecho fundamental, gratuita y bajo la responsabilidad del estado colombiano.
· Un Estatuto nacional único docente.
· Un Sindicato Único de Trabajadores de la Educación –SUTEC-.
· Por preservar el modelo de salud con calidad para el maestro (a) y su núcleo familiar. Con sus conceptos básicos: Solidaridad, integralidad, cobertura y participación.

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