El Colectivo Nacional Sindical Clasista “Guillermo Marín” saluda fraternal y combativamente a todas las mujeres en su día internacional.
Para nuestro Colectivo Sindical, el trabajo con las mujeres tiene gran importancia en el movimiento popular y concretamente en el sindical. La pervivencia de conceptos burgueses sobre el papel de la mujer y el no haber resuelto en la práctica las vías y métodos de trabajo adecuados y acertados para impulsar la participación de la mujer en los procesos organizativos y de transformación social en nuestro país, de una manera más amplia, ameritan no solo una autocrítica, sino un tratamiento más cuidadoso para aportar y dar salidas a este frente de trabajo social.
La influencia burguesa, las condiciones objetivas y subjetivas que esta sociedad impone a la mujer, que la discriminan o subvaloran, así como el peso de los conceptos de la cultura dominante sobre su papel en la sociedad, están presentes tanto entre los hombres como entre las mujeres. De ahí la necesidad de combinar la lucha ideológica con las acciones políticas y reivindicativas que promuevan la participación femenina en todos los campos, en igualdad de condiciones y generando las condiciones a ellas para que así sea.
La situación de la población femenina, que son la mitad de la población mundial, se ha agravado en los últimos años. El capitalismo eterniza (incluso abriendo vías y espacios para la participación en la vida económica, social y política) el status de género oprimido, presentándole frente al masculino de una forma errónea.
Desde el punto de vista de la clase es necesario tener presente que la mujer al igual que los hombres pertenecemos a unas misma clase y por tanto tenemos iguales intereses de clase. Iguales deberes, derechos y capacidades, en tal sentido nuestros objetivos y derechos son iguales (salarios, educación, recreación, sexualidad, empleo, participación, entre otros) y nuestra condición de sexo no nos da a unos y otros más o menos derecho, como no lo deja entrever en las últimas épocas las corrientes socialdemócratas. Otras cosa, son las condiciones particulares o condiciones materiales de existencia de la mujer las cuales se deben tener en cuenta para que se den las condiciones concretas de participación y realización personal, familiar, profesional, social y política.
De otro lado, los debates en diferentes espacios han evidenciado que existen varios matices al ubicar banderas tácticas como la lucha por el derecho al aborto, la educación sexual, la lucha contra el machismo y los prejuicios religiosos, los derechos reproductivos y la maternidad, la responsabilidad de la sociedad y del Estado en la asistencia a los niños y a las madres, la problemática de las madres cabeza de familia, entre otros. Son banderas que se enarbolan en diferentes situaciones tácticas en los países.
Hablar de la condición actual de la mujer y su participación política implica una política para el trabajo de masas en defensa de los derechos fundamentales de la mujer, que tenga en cuenta las características de Colombia cuyo régimen se sostiene con el uso de la violencia política, económica y militar contra el pueblo, y el sometimiento ideológico o cultural que fortalecen creencias y costumbres atrasadas sobre el papel y el rol de la mujer en la sociedad.
Por esto es nuestra obligación como Colectivo Sindical y demócratas, aportar con una política para acabar con esas lacras que impiden la incorporación de la mujer a la lucha política y la colocan siempre como víctima, quitándole su papel de actor en los procesos. Al decir esto no estamos colocando la lucha por la emancipación de la mujer por encima de la lucha de clases, lo que queremos afirmar es que la lucha de clases pone cotidianamente la necesidad de trabajar por la condición de la mujer como un requisito para la transformación de la sociedad.
Nada justifica que por su condición de mujeres, sus organizaciones y ellas sean vejadas durante las guerras. Debemos reflexionar sobre el planteamiento de Marx respecto a que “el grado de desarrollo de una sociedad se mide por el grado de avance de la mujer en ella”, aplicarlo en nuestras organizaciones sociales, sindicales, políticas, exigirlo en los partidos y organizaciones demócratas y de izquierda y en general a la sociedad colombiana se pone al orden del día.
Como Colectivo sindical debemos denotar la importancia de la unidad contra el imperialismo y sus políticas de opresión y explotación, el rechazo a la opresión de las oligarquías criollas, que importantes organizaciones sociales y populares y de mujeres vienen enarbolando.
Estamos defendiendo la importancia de dar continuidad a la Coordinación entre movimientos de mujeres, abogando por formas nada complejas en la estructuras y con formas de encuentro o reunión que no fatiguen las fuerzas ni coloquen exigencias económicas difíciles de superar. Como parte de ello, vemos clave fortalecer la coordinación de las Mujeres del Pueblo de América Latina, para avanzar en las tareas contra el imperialismo yanqui, en particular, y contra el fascismo y el imperialismo en general. Además, de seguir incentivando la unidad, organización y lucha de las mujeres en el país.

Bogotá, marzo 8 de 2011.

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