Por considerar un espacio fundamental de debate y de conclusiones sobre la problemática de los DDHH en Colombia, reproduzco la Declaración y Conclusiones del Encuentro Internacional de Victimas de Crímenes de Estado:
Por considerar un espacio fundamental de debate y de conclusiones sobre la problemática de los DDHH en Colombia, reproduzco la Declaración y Conclusiones del Encuentro Internacional de Victimas de Crímenes de Estado:
señores sindicalistas:
Con todo respeto como seres humanos ,como idealistas,y como gremio les manifiesto que par mí una de las más eficaces formas de exigirle a nuestros gobiernos de turno es mejorar la calidad educativa en todo el país: mientras no mejoremos los puntajes que se obtienen en todas las pruebas para saber los niveles de competencias que poseen nuestros estudiantes colombianos, estaremos luchando contra la corriente. y es una tarea ardua y de mucho compromiso para todos. pero veo que eso es lo más difícil porque los docentes ya no quieren capacitarse si no es para ascenso en el escalafón y los que ya están en el grado 14 dicen que ya no necesitan; y los reepensionados tampoco les corre afán porque estan recibiendo una,y dos mesadas más el sueldo por estar activos laboralmente, y como si fuera poco las instituciones educativas están en abandono por estos maestros pues se dedicaron a ganar más plata y no se van, no hacen el trabajo bien pero tampoco dejan trabajar. Creo que es hora de reeplantear el mecanismo de luchar contra las políticas de nuestros gobiernos, mientras sigamos adormecidos,continúe la politiquería sindicalista y maestros flojos y llorones no hay nada que hacer. A trabajar como Dios manda.
Señ@r, al contrario, si nuestro afán es subir las pruebas,: el resultado es inverso para la justicia social. Son precisamente esos resultados los que hacen de nuestros estudiantes soldaditos de plomo, necesitamos de estudiantes críticos y conscientes de la realidad. Las pruebas sólo responden a los mandatos del orden mundial construido para los poderosos. Necesitamos de maestros críticos, que enseñen a sus estudiantes a leer el mundo, No les podemos seguir pintando a nuestros estudiantes mundos que no existen, hablamos de la miseria y la guerra de otros países, como si aquí viviéramos una verdadera justicia social. Es la educación la posibilidad de una sociedad justa y equitativa, pero en la medida que esta educación le enseñe al joven que el debe ser transformador de su medio, pero esto se da con una educación democrática, donde no sólo se le enseñe el concepto de Dios sino del diablo.
La democracia educativa está en la posibilidad de descubrir y no de encubrir lo que más daño nos esta haciendo. Y sino mire nuestras elecciones, son elegidos los más diablos que parecen dioses. Estamos de acuerdo, no solo los maestros, también encontramos en los sindicatos representantes nuestros, que sólo les importan los intereses personales, entonces, que podemos esperar de los que no nos representan. Un sindicalista que se ve en escándalos de .intereses personales, corrupción es una vergüenza. En cuanto a los maestros, estamos de acuerdo, creo que somos de los pocos empleados que sólo peleamos por nuestros intereses, y se nos ha olvidado nuestro gran papel transformador de la sociedad. No leemos, no enseñamos con el ejemplo, no falta compromiso social, en ultima instancia estamos jodidos. Pero, soñemos que tenemos esperanzas. Hemos caído en el juego de las políticas globalizadoras, mientras más estúpidos nos volvemos, más medallas y reconocimientos nos dan. Perdón,ya hice catarsis, porque me mantengo muy triste por la realidad educativa, que es la única esperanza de este pobre país (Locolombia).
YEMINSON VENTE
mayo 5 del 2014
Hola compañera estoy total mente de acuerdo nosotros no podemos seguir formando le mas peones al estado nuestros hijos y nuestros niños colombianos deben ser formados para ser competentes y conocedores de la realidad que hoy vive nuestra sociedad en Colombia y respecto a lo que piensa la compañera Nilce quiero decirle que nosotros los maestros no podemos seguir culpándonos de el sistema educativo que el estado colombiano nos ha impuesto por otra parte es deber de nosotros por medio de nuestros educandos demostrarle al estado que un país que invierte tampoco en educación no puede esperar los mejores resultados es como pedirle a una mata de piña que te de manzanas y pienso igual compañera nuestro deber es orientar a nuestros educandos para que desde ya aprendan a elegir y ser elegidos ya que la mala elección fue la madre del nefasto decreto 1278 que hoy nos tiene en graves dificultades.
En medio de todo, lo que impera en nuestro país son los dictámenes consignados en nuestra Carta Magna (Constitución Política de 1991), ya que es el Estatuto General de nuestra nación. Se consignan allí los mandatos del constituyente primario que es nuestro pueblo colombiano. Noto que todos los comentarios anteriores se encuentran cobijados y protegidos por dicho estatuto, luego, pensemos que todo comentario o toda observación que se haga sobre el proceso de paz aquí en Colombia tiene carácter de fuerza obligatoria. Es la expresión de la mayoría en contra de algunos preceptos individuales o institucionales.
Interesante que la estructuración de un solo documento que cobije no solo los casos mencionados sino igualmente la obligatoriedad de sus observaciones frente a las disposiciones constitucionales, obligue a que se de aplicación a lo que se conoce institucionalmente como “oficiosidad”, teniendo en cuenta que la responsabilidad de los servidores públicos cobija tanto la acción así como la omisión en sus funciones públicas.
son preocupantes las tesis jurisprudenciales que acompañan a las condenas que se vienen imponiendo por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (DD.HH.) con sede en Costa Rica, teniendo en cuenta que el precio de tales condenas indemnizatorias constituyen una carga excesiva para el erario de la nación colombiana que somos, valga la redundancia, todos los colombianos. De sus extractos se conoce la responsabilidad del gobierno nacional frente a la falta de interés por depurar en debida forma el brote de violencia que azota al pueblo colombiano.
Si se habla de negligencia por la desidia demostrada en su gestión por parte de algunos servidores públicos en contra de los preceptos legales y constitucionales, el artículo 90 de nuestra Carta Magna ordena a que se impetre en contra de aquellos la denominada acción de repetición que no es más que establecer que su actuación se encuentra viciada de una conducta dolosa o gravemente culposa que obliga al resarcimiento de tales perjuicios aún hasta con su propio patrimonio.
Luego, hay herramientas.
FABIO MUÑOZ PARDO.