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Abril, 8 de 2010
Un total de 29.852.099 ciudadanos (Veinte y nueve millones ochocientos cincuenta y dos mil noventa y nueve) podrían haber participado en Colombia y en el exterior en los comicios que se realizaron el 14 de marzo de 2010 para decidir la conformación del Senado de la República, la Cámara de Representantes y los cinco representantes del país al Parlamento Andino. Adicionalmente, participar en la consulta popular de los Partidos Conservador o Partido Verde.
De los 29’852.099 posibles sufragantes 15’499.591 son mujeres y 14’352.508 son hombres, quienes podrían haber votado en las 76.940 mesas dispuestas por la Registraduría Nacional del Estado Civil en todos los municipios y corregimientos del país, así como en 60 países donde se instalarán puestos de votación para los colombianos que residen en el exterior.
De los 10.376 puestos de votación dispusieron para las elecciones del 14 de marzo, 10.179 con 75.791 mesas de votación están ubicados en Colombia y 197 puestos con 1.149 mesas están en los 60 países donde se encuentran inscritos 410.657 ciudadanos habilitados para votar en el exterior.
De los 10.179 puestos de votación ubicados en el territorio nacional, 3.686 con 63.050 mesas estarán en las cabeceras municipales y 6.493 puestos con 12.741 mesas se ubicarán en el área rural.
En los resultados de las elecciones realizadas el 14 de marzo de 2010, predominó como históricamente se ha dado, la abstención con un 55.77%, es decir, 16.649.537 ciudadanos colombianos no votaron. A esta cifra se suman 1.403.913 votos nulos que con los no marcados constituyen un 14.27%. También es importante valorar la dificultad de muchísimos votantes que no supieron marcar correctamente la tarjeta electoral, entre otras razones, por la confusión que el mismo tarjetón creó y que amerita una reforma sustancial en este campo.
En la composición del Congreso, se eligieron mayoritariamente las mismas fuerzas neoliberales, pro imperialistas, fascistoides, mafiosas, paramilitares y corruptas, enquistadas en el poder político y de manera particular en el gobierno de Uribe.
El uribismo salió fortalecido, igual que su proyecto político de Estado Comunitario y su eje, la seguridad democrática. A pesar de las contradicciones interburguesas están dadas las condiciones para continuar una nueva coalición de gobierno uribista (partido de la U: 28 senadores; partido conservador: 22 senadores, con base en prebendas y cargos burocráticos, tal como se ha visto en los 8 años de gobierno de Uribe; no se descartan tampoco entre los candidatos presidenciales de la derecha los acuerdos con el PIN, que obtuvo 8 senadores en estas elecciones. También cuenta en esas alianzas Cambio Radical con 8 senadores, fuerza uribista desde su creación. Esto abre posibilidades a nuevos agrupamientos y a la dispersión de fuerzas del llamado uribismo dado que ninguno de los partidos que lo han conformado tiene la mayoría ni en el Senado ni en la Cámara de Representantes y mantienen la amenaza de la “silla vacía” si la Corte Constitucional mantiene los procesos por para-política en los que están incursos congresista muy votados y conocidos.
Es por esto, que entre otras, este proceso electoral fue abiertamente ilegítimo, carente de debates políticos sustanciales, con claras violaciones a la precaria ley de garantías electorales, que constituyo una farsa como ha ocurrido en las anteriores, al punto que la Contraloría, la Procuraduría y el Concejo Nacional electoral están interviniendo para tratar de lavar la podredumbre institucional. No fueron unas elecciones democráticas, predominó la ausencia de garantías políticas, la obstrucción política y militar a la participación de la izquierda donde tenía mejores posibilidades y condiciones para elegir; el poder gubernamental aplicó retaliaciones, un caso evidente el efecto sobre el Registrador Nacional, hecho retaliatorio ante el hundimiento del referendo reeleccionista.
A lo anterior, se sumó la obsolescencia del sistema electoral y la corrupción Compra de votos y de jurados de votación) de los partidos uribistas y tradicionales. La mal llamada reforma política, permitió que del 2006 al 2010 se ejerciera el transfuguismo político entre los partidos tradicionales.
Al PDA, le faltó consolidar una campaña política con un programa político serio y con sentido de clase que se diferenciara de darle continuidad a la política de Estado Comunitario en aspectos nodales de la vida política del país y además contara con una campaña política institucional en donde la dirección y estructura del partido, estuviera al frente y no cada tendencia actuara por su lado como quedó demostrado durante toda la campaña electoral.
Respecto del Polo, si bien es cierto se perdieron parlamentarios, a pesar de la arremetida a fondo del gobierno en su contra, la votación absoluta escrutado el 93.62% está un poco por debajo: 848.905 votos (8.14%) frente a la del 2006: 875.451 votos (9.52%), la cual se espera igualar al escrutar el 100% de la votación. En general se mantiene la votación y en Bogotá, aumenta, a pesar de la arremetida de los partidos uribistas contra el gobierno Distrital, la política y el manejo de conflictos populares por el alcalde distrital Samuel Moreno. Sin embargo el PDA, debe hacer un balance juicioso y corregir si quiere seguir siendo opción de gobierno y poder en este país.
Reconocemos la importante votación de Jorge Robledo, la que obedece a proyectos y debates coherentes y suficientemente argumentados en el Congreso de la República, ganando opinión. Se destacan dirigentes del PDA elegidos con voto de opinión y contrarios al uribismo, entre ellos IVAN CEPEDA, GERMAN NAVAS, JORGE ENRIQUE ROBLEDO, ALEXANDER LOPEZ y WILSON ARIAS.
No menos importante es resaltar que si existe un movimiento de oposición, que este no se reduce al resultado electoral; que en medio de la campaña este movimiento asestó una derrota política y electoral a Uribe con el hundimiento del referendo reeleccionista y se desarrollaron destacadas luchas sociales.
De acuerdo con el proceso de acumulación de fuerzas, debemos asumir decisiones y compromisos que nos ayuden a desarrollar al PDA como una fuerza política con iniciativa y definiciones que ayuden a lograr en Colombia las verdaderas transformaciones sociales, económicas y políticas que necesita.
Para darle continuidad a nuestra campaña política, estamos proponiendo al conjunto del Movimiento Político amplio:
En nuestro propósito de fortalecer el movimiento de oposición al régimen -MOR- , convocamos a todos los demócratas, a las organizaciones sociales y políticas del país, a que nos sumemos a la preparación y desarrollo de las acciones de movilización que se están convocando para el 15 de abril, 1 de mayo y las acciones políticas y culturales que nos permitan consolidar una programación con carácter de clase para celebrar los doscientos año de explotación y opresión de las clases dominantes pero al mismo la respuesta de resistencia y lucha dada desde las organizaciones sociales que nos unifiquen en la conmemoración del bicentenario de la independencia y con alto espíritu unitario, antiimperialista y de lucha.
Seguiremos insistiendo para que se defina el programa de gobierno del candidato Presidencial del Polo y una estrategia electoral que nos permita constituirnos en una alternativa real de ser gobierno y poder en nuestro país, de no lograrse este propósito trabajaremos por participar en esta campaña con nuestra propia política e iniciativa que nos ayude a posicionar mejor el PDA y evitar que las fuerzas políticas reaccionarias y gobierno logren su propósito de liquidarlo.
Declarar blanco principal de nuestra campaña política y electoral, de nuestros debates ideológicos, a los candidatos y partidos de la oligarquía, ellos representan el continuismo con matices que no cambian la esencia del Estado Comunitario pregonado por Uribe, esta tarea es posible desarrollarla en las acciones de movilización que están previstas para el 15 de abril y 1 de mayo.
Acompañar la decisión de personas y organizaciones sociales que están promoviendo la apertura de investigaciones a quienes llegaron al Congreso de la República apoyados en el narco, la para política y la corrupción.
Compartimos y apoyaremos la lucha por una verdadera reforma política que ayude a la democratización de la actividad política y establezca unas claras garantías a la oposición en Colombia.
Antioquia, algunos elementos para el balance:
El Censo electoral en Antioquia es de 3. 844. 892 ciudadanos, de los cuales 2. 015. 505 son mujeres y 1. 828. 287 son hombres, ubicados en 9.575 mesas de votación.
Desde el punto de vista electoral, se expresa un fortalecimiento del Partido Conservador (7 Curules a la Cámara de Representantes).
La U: Con 4 Curules, Partido Liberal: 4 Curules, Partido Cambio Radical: 1 Curul.
Aparece la Alianza Social Indígena –ASI-: Con 1 curul y 80.840 votos.
Como Polo se sacó: 36. 460 votos y en las pasadas habíamos sacado 58. 097 votos. El Polo descendió en votación, alcanzó el umbral y no pasó la cifra repartidora.
El Polo, en Antioquia se debilita y pierde espacios.
El Polo, no presentó una propuesta programática y de agenda legislativa en el departamento de Antioquia.
Una campaña apegada a los candidatos y sus frentes de trabajo. No se coordino como Partido.
Se hizo una campaña de listas y no de partido.
Campaña sin recursos de partido, porque hubo lista que utilizaron los recursos que se tenían por sus curules para sus curules: Concejo, Asamblea y Cámara.
Hubo una campaña sucia contra el Partido PDA y listas especificas de este, no solo por el gobierno sino por candidatos que se dicen ser del Polo y miembros de la dirección departamental: Caso concreto lo actuado por el Señor Iván Darío Castro –Miembro de la dirección departamental del Polo y del señor Omar Arango candidato y miembro de la dirección departamental del Polo, los cuales con su comportamiento divisionista y antipolo actuaron en contra de Gabriel Manrique, candidato y ex diputado de Antioquia por el PDA. La Comisión de ética del Partido deberá tomar carta en el asunto. El blanco para estos personajes no fue el gobierno y el régimen con los partidos políticos que los sustentan sino el PDA.
El PDA, en Antioquia requiere dentro de sus instancias democráticas hacer un balance real de lo que está pasando a su interior y de los resultados electorales obtenidos. Se deben tomar las decisiones necesarias para seguir avanzando en nuestro objetivo de ser opción de gobierno y poder.